Salimos esta mañana casi lloviendo camino de la Torre Eiffel. En un
ratillo llegamos. Unos decididos a subir a pie... 669 escalones, otros
¡a lo cómodo, en ascensor! Varios, subimos hasta el último piso. A
nuestros pies, todo París. ¡Hacía un frío que pelaba! Hierro, remaches,
muchas fotos, muchos españoles, y lo mejor, nuestras caras de felicidad.
Desde arriba, todo pequeño, pero eso sí, precioso.
El autobús nos dejó en el Hotel de Ville( la Alcaldía). Magnífico
edificio. Desde allí nos dirigimos a la Place des Vosges, la más antigua
de París. Comenzó a llover y nos refugiamos comiendo de asiático.
Y por fin el momento que muchos esperábamos: La Catedral de Notre Dame.
La mayoría subimos a las torres de la Catedral. Mientras esperábamos,
como la fila era bastante larga, algunos fuimos a la acera de enfrente
a por unas cuantas crepes... Al fin logramos entrar. Y al cabo de subir
tres mil doscientas escaleras, ¡por lo menos! llegamos a lo más alto de
la más alta torre. Las gárgolas preciosas y las vistas, aún más.
Bien, llegamos al metro. ¡Nunca había visto un sitio más agobiante!
Calor, personas, estrés...
El tren nos llevó a Sacré Coeur. Seguía lloviendo. Tuvimos un ratillo
para nosotros, nuestras compras y nuestras risas. Después entramos en
la Basílica. Precioso todo. Impresiona ver una maravilla de tales
dimensiones.
De vuelta al albergue, estuvimos viendo el Moulin Rouge. Unas cuantas
fotillos, y seguimos.
Cuando llegamos a nuestro alojamiento tuvimos un tiempo para descansar,
coger dinero y fuerzas, e ir a comprar nuestra cena.
Hubo varios que compraron para más de un día. Llegamos de vuelta al
albergue y cenamos todos juntos. No sé cómo lo hicieron los que
compraron tanta comida, pero gastaron todo.
Nuestro día ha sido genial, hemos aprendido y disfrutado mucho.
Mañana os seguimos contando.
Muchos recuerdos y hasta pronto.
Marieta Santamaría Murillo
